Así afecta el tabaco a la salud bucodental
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Que el tabaco es nocivo para la salud es algo que no sorprende ya a nadie. Si nos preguntan por los problemas de salud relacionados con el hábito de fumar, a la mayoría se nos viene inmediatamente a la cabeza el cáncer de pulmón o la bronquitis. Sin embargo, el tabaco afecta a muchas otras partes de nuestro organismo. Vamos a ver hoy cuáles son los efectos del tabaco en los dientes y en la boca.
El efecto más conocido del tabaquismo en los dientes es la coloración amarillenta que adquiere el esmalte. Ese tono y las manchas oscuras, que se deben a las diversas sustancias como el alquitrán o la nicotina presentes en los cigarrillos, son muy difíciles de eliminar.
Dejando de lado este aspecto más estético que de salud, el tabaco también puede provocar diversas enfermedades en nuestra boca. La más grave es el cáncer oral. Existen unos 70 compuestos identificados como carcinógenos en el humo del tabaco y el riesgo de desarrollar un cáncer de cavidad oral es hasta diez veces mayor que en personas que no han fumado nunca.
Pero sin llegar al extremo del cáncer oral, fumar puede provocar otros muchos problemas de salud en nuestra boca. Las encías son una de las zonas más sensibles de nuestra boca y en los fumadores es frecuente encontrar periodontitis crónica. Esta inflamación de las encías tiene mucha relevancia, puesto que puede llevar a movilidad de las piezas dentales o incluso a su pérdida. Por otra parte, las encías también pueden adquirir coloración por el uso del tabaco, con manchas similares a las que se dan en los dientes. Este proceso de pigmentación se denomina melanosis del fumador. En fumadores también tienen problemas con las heridas, puesto que la cicatrización se ve enlentecida. Tampoco es raro encontrar candidiasis oral (hongos), propensión a la caries, halitosis (mal aliento), lesiones precancerosas y palanitis nicotínica, también llamado paladar del fumador.
¿De qué manera podemos evitar estos problemas? Lo primero y más obvio es dejar de fumar, así actuaremos de un modo preventivo. Pero, aparte de esa actuación, es esencial, en primer lugar, mantener unos adecuados hábitos de higiene dental. Es muy recomendable realizar revisiones dentales más a menudo y que sea el profesional el que realice tratamientos de higiene periódicos. De igual modo, hay que revisar el estado de las encías y, en caso necesario realizar los tratamientos recomendados. Si hay movilidad dental o incluso pérdida de piezas dentales, hay diversos tratamientos que nos pueden ofrecer los profesionales de la odontología. Desde la ortodoncia invisible para realinear los dientes una vez recuperada la salud de las encías, hasta las prótesis removibles.
En cualquier caso, lo esencial y recomendado encarecidamente por todos los odontólogos, es no fumar. Y si se es fumador, intentar abandonar este hábito tan nocivo. Hay que recordar que en la actualidad existen terapias farmacéuticas de deshabituación tabáquica, algunas de ellas incluso financiadas por la seguridad social.
About the Author: Alberto Morán
