Adaptógenos: una ayuda natural frente al estrés

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En la actualidad nuestras responsabilidades y ritmo de vida hace que el estrés se haya convertido en un compañero habitual de la mayoría de nosotros. El estrés, no es solo una tensión emocional, sino que afecta negativamente a nuestro bienestar físico y mental. Afortunadamente, existen varias herramientas para luchar contra el estrés y entre ellas destacan los adaptógenos (Adaptoheal).

Adaptógeno es un término que se refiere a ciertos suplementos que ayudan al cuerpo a afrontar el estrés. El término fue establecido en 1947 (Lazarev) para referirse a una sustancia que aumentaba la resistencia a las influencias adversas para el organismo y el estrés. Su nombre proviene de su capacidad para ayudar al cuerpo a adaptarse al estrés y recuperar el equilibrio, llamado homeostasis. En la actualidad se define adaptógeno como “compuesto de origen vegetal que aumenta la habilidad de un organismo para adaptarse a factores ambientales y evitar el daño de esos factores. Se emplean fundamentalmente para “tratar” el estrés, pero que también tienen otros usos debido a sus posibles efectos beneficiosos. A diferencia de los estimulantes o los sedantes, los adaptógenos modulan la respuesta al estrés según las necesidades individuales.

¿Cómo funcionan los adaptógenos?

Aunque cada adaptógeno tiene sus propias características, su mecanismo de acción general implica la regulación del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA), el sistema que controla la respuesta al estrés. El cortisol, considerada la hormona del estrés, desempeña un papel fundamental en esta respuesta. Los adaptógenos ayudan a mantener sus niveles equilibrados, evitando los picos y las caídas bruscas.

Además de regular el cortisol, algunos adaptógenos también actúa sobre proteínas como el neuropéptido Y o algunos neurotransmisores. También se ha visto actividad de algunos adaotógenos como inmunomoduladores, es decir, reguladores del sistema inmune.

Desde los años cincuenta se han realizado numerosos estudios en animales de experimentación para probar su eficacia. También se han llevado a cabo algunos ensayos clínicos en personas expuestas a cargas físicas y nerviosas elevadas, como atletas. Según la UE son necesarios ensayos clínicos más extensos para definir del todo su capacidad clínica, si bien en Estados Unidos se empieza a reconocer más su valor por el aumento de las pruebas científicas disponibles.

Adaptógenos populares y sus beneficios

Entre los adaptógenos más estudiados y utilizados podemos citar:

  • Ashwagandha: se emplea para la ansiedad y la depresión. Puede mejorar el sueño, reducir la inflamación y aumentar la energía.
  • Rhodiola: Combate la fatiga, mejora la resistencia física y mental, y reduce el estrés.
  • Ginseng: Mejora la energía y la resistencia al estrés. Estudios recientes respaldan sus efectos beneficiosos sobre el rendimiento mental.
  • Schisandra: Equilibra el sistema hormonal, fortalece el sistema inmunitario y aumenta la energía.
  • Tulsi (albahaca santa): Reduce el estrés y la ansiedad, mejora el sueño y posee propiedades antioxidantes.
Ginseng coreano

Ginseng Coreano

Precauciones en su uso

De manera general, los adaptógenos son seguros, pero se debe consultar con un profesional de la salud antes de tomarlos, especialmente en condiciones concretas, como el embarazo, período de lactancia o si se padece alguna enfermedad. Es importante tener en cuenta que algunos adaptógenos pueden interactuar con ciertos medicamentos, por lo que se debe consultar con un profesional sanitario si se está tomando medicación.

Es importante recordar que los adaptógenos no son una solución mágica para el estrés y no deben reemplazar un estilo de vida saludable. Sin embargo, pueden ser una herramienta valiosa para complementar una dieta equilibrada, el ejercicio regular, el sueño adecuado y otras prácticas beneficiosas para el bienestar general.

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About the Author: Alberto Morán

Licenciado en farmacia por la Universidad Complutense de Madrid. Realicé mi tesis doctoral en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Farmacia. Posteriormente hice un Máster en Dirección de Empresas Biotecnológicas. Trabajé casi un año en una consultoría de biotecnología. Posteriormente fui investigador y docente en la Universidad Complutense de Madrid durante siete años. Mi carrera investigadora se desarrolló en el estudio de los mecanismos moleculares del cáncer (colon y pulmón esencialmente). En noviembre de 2012 abandoné definitivamente el laboratorio. En la actualidad soy titular de una oficina de farmacia.

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