Paracetamol: ¿héroe o villano?
Todos en algún momento de nuestra vida nos hemos tomado un paracetamol: cuando nos duele la cabeza, cuando sentimos malestar general, cuando tenemos fiebre… ¡Y el efecto es milagroso! En cuestión de minutos nos encontramos mucho mejor. Por ello, seguramente echamos mano de él rápidamente en cuanto nos empezamos a encontrar un poco mal, probablemente sin pararnos a pensar en qué dosis necesitamos tomar, si puede interaccionar con otros medicamentos que estemos tomando…Y es que un mal uso de este fármaco puede resultar tóxico para nuestro organismo.
¿Qué ocurre cuando un fármaco entra en nuestro cuerpo?
Una pregunta muy recurrente es, ¿Cómo sabe un fármaco, cuando entra en nuestro organismo, que tiene que ir al lugar del cuerpo que nos duele? La realidad es que no solo va a ese lugar y nos alivia, sino que se distribuye por todos los órganos del cuerpo, pudiendo causar, en aquellos lugares que en ese momento están sanos, una serie de efectos adversos que pueden ser más o menos graves. Seguro que todos alguna vez hemos leído con temor en los prospectos de los medicamentos una lista interminable de reacciones adversas asociadas a la ingesta del fármaco, clasificadas según la frecuencia de aparición. Pongamos un ejemplo conocido: una reacción adversa frecuente del ibuprofeno son las lesiones en el estómago. Esto se debe a que el fármaco actúa indiscriminadamente por todo el organismo, aliviando los síntomas de dolor, fiebre o inflamación que pudiésemos tener, pero también desprotegiendo a la pared del estómago, convirtiéndola en más vulnerable frente a los jugos ácidos de la digestión.
En el caso del paracetamol, uno de los efectos adversos no muy frecuentes, afortunadamente, pero potencialmente graves es la hepatotoxicidad, es decir, la intoxicación del hígado.
¿Cómo el paracetamol «intoxica al hígado»?
El hígado es un órgano fundamental para la eliminación de nuestro organismo de toxinas y de fármacos, incluyendo el paracetamol. Así, evita que una presencia prolongada de los mismos cause daños severos en el cuerpo.
Como si de una representación teatral se tratase, en la obra “la ruta del paracetamol: desde la ingesta hasta la eliminación”, el hígado es el actor protagonista. Este órgano tiene las herramientas necesarias, a nivel celular, para que cuando el paracetamol entra en él, lo transforme en otras moléculas diferentes que son más fácilmente eliminables del organismo. De esta forma conseguimos que el fármaco no esté merodeando por el organismo más tiempo del requerido para combatir los síntomas de malestar que manifestábamos.
Sin embargo, pueden darse ocasiones en las que nos podemos exceder con la dosis ingerida de paracetamol, la mayoría de manera accidental. Un ejemplo sería cuando tenemos un catarro y tomamos un fármaco que promete acabar con todos los síntomas de la gripe y el resfriado (suelen incluir paracetamol en su composición) y, además, como sentimos dolor muscular nos tomamos un paracetamol 1 g que tenemos por casa. Pues bien, estas situaciones son peligrosas ya que si excedemos la dosis diaria segura de paracetamol (unos 3 – 4 g cada 24 h) corremos el riesgo de que haya tanto paracetamol en nuestro organismo que el hígado no dé abasto para eliminarlo, se satura. Es como si en la obra de teatro aparecen nuevos personajes y el actor principal no puede interactuar adecuadamente con todos a la vez.
Como consecuencia de esta situación, el paracetamol se acumula en el hígado, dando lugar a la aparición de radicales libres que, consecuentemente, generan el tan conocido y dañino estrés oxidativo, el mismo que con tanto ímpetu tratamos de combatir rutinariamente, por ejemplo, usando cremas anti-edad para las arrugas y manchas de la cara. De igual modo, nuestro cuerpo tiene unas defensas antioxidantes endógenas, como son las moléculas de glutatión, las cuales fabrica a partir de aminoácidos que obtenemos de la dieta. Sin embargo, cuando hay tal cantidad de estrés oxidativo que no puede neutralizarse y la situación se prolonga en el tiempo, se desencadenan una serie de daños que comprometen la función normal del hígado y, dado que, al igual que en una obra de teatro, todos los órganos del cuerpo trabajan en equipo, si el hígado se pone enfermo, cual efecto dominó el resto de órganos pueden dejar de funcionar correctamente, llegando a causar en última instancia un fallo multiorgánico.
Así pues, toda esta situación podría llegar a ocurrir si nos pasamos de la dosis de paracetamol que nos ha indicado el médico o el farmacéutico. Sin embargo, cuidado, porque hay que tener en cuenta que no todas las personas tenemos las mismas características y, por ello, cada uno puede manifestar una intoxicación por paracetamol a una dosis diferente, incluso sin exceder la dosis diaria segura. Este caso puede ocurrir si existen factores que predispongan a favorecer una intoxicación como, por ejemplo, tomarlo en ayunas, tener una enfermedad hepática de base o consumir alcohol de manera crónica. Estas situaciones concomitantes pueden comprometer previamente la función normal del hígado favoreciendo que, tras la ingesta de paracetamol, su eliminación del organismo se sature más rápido.
Conclusión: que no cunda el pánico
El paracetamol es uno de los mejores y más seguros analgésicos y antipiréticos que actualmente tenemos a nuestra disposición. Y, aunque como todos los medicamentos tiene efectos adversos, no es el villano de la obra. Como decía Paracelso, uno de los padres de la Farmacia, «sólo la dosis hace al veneno». Así que simplemente tenemos que seguir las indicaciones de administración que nos hayan pautado y tomar conciencia de la importancia de conocer los beneficios y riesgos asociados a su ingesta, sin banalizar su consumo.
About the Author: María Gárate
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Trata sobre si el medicamento paracetamol es un héroe o un villano dice que un mal uso de este fármaco puede resultar tóxico para nuestro organismo. La pregunta es ¿Cómo sabe un fármaco, cuando entra en nuestro organismo, que tiene que ir al lugar del cuerpo que nos duele? Pues la realidad es que no solo va a ese lugar y nos alivia, sino que se distribuye por todos los órganos del cuerpo, pudiendo causar, en aquellos lugares que en ese momento están sanos, una serie de efectos adversos que pueden ser más o menos graves.
realidad es que no solo va a ese lugar y nos alivia, sino que se distribuye por todos los órganos del cuerpo, pudiendo causar, en aquellos lugares que en ese momento están sanos, una serie de efectos adversos que pueden ser más o menos graves.
El paracetamol es uno de los mejores y más seguros analgésicos y antipiréticos que actualmente tenemos a nuestra disposición. Y, aunque como todos los medicamentos tiene efectos adversos, no es el villano de la obra
El paracetamol es uno de los mejores y más seguros analgésicos y antipiréticos que actualmente tenemos a nuestra disposición. Y, aunque como todos los medicamentos tiene efectos adversos, no es el villano de la obra¿Cómo sabe un fármaco, cuando entra en nuestro organismo, que tiene que ir al lugar del cuerpo que nos duele?realidad es que no solo va a ese lugar y nos alivia, sino que se distribuye por todos los órganos del cuerpo, pudiendo causar, en aquellos lugares que en ese momento están sanos, una serie de efectos adversos que pueden ser más o menos graves.mal uso de este fármaco puede resultar tóxico para nuestro organismo.
Me parece un dato muy interesante, ya que puede ayudar a salvar vidas de algunas personas que creen que el paracetamol lo cura todo, pero en exceso puede dañar tu hígado y traerte consecuencias graves, y estos datos dichos anteriormente puede ayudar bastante a las personas
ATTE: Marco Antonio