Laennec, el inventor del estetoscopio

En 2021 se cumplieron 240 años del invento de un instrumento esencial para la profesión médica, el estetoscopio (del griego stethos, pecho y skopeu, observar). Ahora mismo cuando decimos estetoscopio, nos viene a la cabeza algo así:

Sin embargo, el invento original era poco más que un rollo de papel enrollado:

Este instrumento fue inventado por el médico francés Laennec. René Théophile Hyacinthe Laennec, vivió 45 años. Nació en Quimper, Francia en 1781 y murió en 1826.

Laennec quedó huérfano de madre con tan solo cinco años. Su padre delegó la educación y el cuidado de sus hijos en familiares más o menos cercanos. En 1788 René y su hermano Michaud fueron a vivir con su tío, que era médico y profesor de medicina en la Universidad de Nantes. Fue el responsable del interés de René por esta profesión. Comenzó sus estudios de medicina en la Escuela de Medicina de L’Hotel Dieu en Nantes que continuó con 19 años en el Hospital de la Charité, en París, donde tuvo como profesor a Jean-Nicolas Corvisart, posteriormente médico de Napoleón Bonaparte.

Corvisart era un defensor del método anatomoclínico, que se basaba en la relación entre los síntomas clínicos y las lesiones orgánicas. Esto que ahora nos parece obvio, era algo totalmente novedoso en esa época. De hecho, las búsqueda de correlaciones entre lesiones anatómicas y los síntomas se convirtió en la base de la nueva enseñanza de la medicina en esa época en Francia. Laennec enseguida centró su atención no solo en la práctica clínica, sino también en el estudio de estas lesiones anatómicas que podían ser la causa de los síntomas que veía en su día a día.

En cuanto se graduó comenzó a ejercer en el Hospital Necker, donde muy pronto adquirió relevancia y fama de buen médico e investigador. En una de sus primeras publicaciones de investigación estudió la correlación anatomoclínica de la peritonitis. Laennec fue el primer investigador en describir adherencias, falsas membranas y el derrame intraabdominal de líquido causado por la inflamación. Con este trabajo introdujo la idea de que el concepto de enfermedad no estaba solo asociado a un órgano, sino también a los tejidos que lo componen.

Una de sus principales aportaciones a la medicina fue el estudio de la tuberculosis. Se estima que en esa época hasta un 25% de las muertes en Europa estaba provocada por la tuberculosis. Ahora sabemos que es una enfermedad infecciosa, pero en esa época aún se desconocía el origen de la enfermedad. La lesión característica de la tuberculosis pulmonar, el tubérculo, fue descrita en la segunda mitad del siglo XVIII. Sin embargo, fueron Laennec y Bayle los que la definieron como la característica patognomónica, es decir, como el hallazgo distintivo que permite diagnosticar la enfermedad. Laennec además fue el que estableció que la tuberculosis pulmonar y extrapulmonar eran la misma enfermedad y puso las bases del conocimiento moderno de la tuberculosis.

En la práctica de la medicina examinó y auscultó gran número de pacientes con tuberculosis y describió la gran variedad de soplos pulmonares y los diferentes tipos de estertores respiratorios. En esta época los médicos inspeccionaban el cuerpo de los pacientes con sus propias manos, por medio de palpación, percusión… También se recurría a la auscultación inmediata, que consistía en poner la oreja directamente sobre el paciente, aunque se pensaba que esto era poco útil. A Laennec, además, le resultaba un poco incómodo, tanto por las (muchas veces ausentes) condiciones higiénicas de los pacientes, como por pudor cuando se trataba de una paciente. Parece ser que en 1816 tuvo que examinar a una joven obesa cuyo tamaño de mamas hacía casi imposible la auscultación posando el oído directamente en el cuerpo. El propio Laennec nos cuenta cómo solventó la situación:

“Me acordé de un fenómeno acústico muy conocido: Si uno aplica la oreja al extremo de una viga, se escucha muy nítidamente un golpe de alfiler dado en la otra punta. Me imaginé que podría sacar partido de esta propiedad de los cuerpos. Tomé un pliego de papel, lo enrollé y apliqué un extremo sobre la región precordial y, colocando la oreja en la 26 otra punta, me sentí tan sorprendido como satisfecho de escuchar los latidos del corazón de una manera mucho más nítida y clara que jamás lo había hecho mediante la aplicación directa de la oreja.”

Obviamente, un papel, o un cuaderno enrollado no ofrece el mejor sonido, así que poco a poco el propio Laennec fue mejorándolo. Fue probando diversos tubos y se dio cuenta de que los de madera eran los que proporcionaban mayor “calidad de sonido”. También determinó que para escuchar el corazón era mejor que el aparato no fuera un tubo hueco, sino un cilindro macizo.

https://www.pastmedicalhistory.co.uk/the-story-of-rene-laennec-and-the-first-stethoscope/

Además de mejorar el instrumento, Laennec siempre practicaba las autopsias de sus pacientes fallecidos. De esa manera continuaba con los preceptos del método anatomoclínico. En 1819 publicó su libro “De l’auscultation médiate ou traité du diagnostic des maladies des poumons et du coeur fondé principalement sur ce nouveau moyen d’exploration” en donde describió el estetoscopio como un cilindro de madera, cedro o ébano, de cuatro centímetros de diámetro y treinta de largo, perforado por un agujero de seis milímetros de anchura y ahuecado en forma de embudo en uno de sus extremos. Pero su escrito no se quedó solo en la técnica instrumental, sino que además describió los sonidos escuchados con el estetoscopio, e introdujo nuevos términos como crepitación, estertor, cirrosis. También describió enfermedades no conocidas hasta entonces. En 1826, el año de su muerte, apareció la segunda edición de su obra con el simple título de “Traité d’auscultation mediate”.

Laennec fue, sin duda, un médico importantísimo que realizó grandes aportaciones científicas, que fueron más allá de la invención del estetoscopio.  La detección, por medio de la auscultación, de enfermedades de corazón y los pulmones se debe en gran medida a él.

Fuentes:

Saraví, F.D. (2012) «Laennec, el método anatomoclínico y la invención del estetoscopio: parte 1: de Bretaña a París, hasta la gran invención». En: Revista Médica Universitaria, Vol. 8, no. 2, [33]  https://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/4769/rmuhistoriasdelamedicina.pdf

Saraví, F.D. (2013) «Laennec, el método anatomoclínico y la invención del estetoscopio: parte 2: la auscultación, de la controversia a la aceptación». En: Revista Médica Universitaria, Vol. 9, no. 1 https://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/5352/rmu-2013-historias-de-la-medicina.pdf

Laennec El inventor del estetoscopio y maestro de la tuberculosis Carlos Awad García, MD*; Francisco González A. M.D.M. Sc.** Revista Colombiana de Neumología: http://www.scielo.org.co/pdf/rcneum/v16n3/v16n3a11.pdf

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About the Author: Alberto Morán

Licenciado en farmacia por la Universidad Complutense de Madrid. Realicé mi tesis doctoral en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Farmacia. Posteriormente hice un Máster en Dirección de Empresas Biotecnológicas. Trabajé casi un año en una consultoría de biotecnología. Posteriormente fui investigador y docente en la Universidad Complutense de Madrid durante siete años. Mi carrera investigadora se desarrolló en el estudio de los mecanismos moleculares del cáncer (colon y pulmón esencialmente). En noviembre de 2012 abandoné definitivamente el laboratorio. En la actualidad soy titular de una oficina de farmacia.

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