Enésima confirmación de que la vacuna triple vírica no causa autismo
La vacuna triple vírica se administra para la inmunización contra el sarampión, las paperas y la rubeola. Estas enfermedades son muy contagiosas y pueden causar la muerte. Desde la introducción de la vacuna triple vírica en los setenta se han salvado millones de vidas alrededor del mundo y sin embargo en el último par de años ha habido un repunte de casos de sarampión en Europa.
El origen de las campañas antivacunas que relacionan el autismo con las vacunas es un estudio publicado en la prestigiosa revista científica The Lancet. En ese estudio, un grupo de investigadores liderados por el médico Andrew Wakefield presentaban resultados preliminares en los que se mostraba que 12 niños vacunados con la vacuna triple vírica presentaban comportamientos autistas e inflamación intestinal grave. Este estudio inició una ola de desconfianza y causo una reducción de los índices de vacunación inicialmente en Reino Unido y después alrededor del mundo. En 2010 el Consejo General de Medicina de Reino Unido declaró a Wakefield «no apto para el ejercicio de la profesión», calificando su investigación de fraude. Después de esta sentencia la revista The Lancet retractó el estudio.
Dos décadas después del estudio de Wakefield y a pesar de haber sido desacreditado, hay un sector de la población que todavía desconfía de las vacunas. Se han realizado numerosos estudios después del fraude de Wakefield y no se ha encontrado ninguna relación entre la vacuna triple vírica y autismo. En este post os contamos el estudio más reciente y probablemente uno de los más completos y a mayor escala hasta la fecha. El estudio liderado por el Dr. Anders Hviid fue publicado el pasado 5 de marzo de 2019 en la revista Annals of Internal Medicine.
El equipo de Anders Hviid había publicado un estudio previo en 537.303 niños con 738 casos en el espectro de autismo. El estudio concluyó nuevamente que no hay relación entre la vacuna triple vírica y el autismo pero recibió críticas por no incluir niños con factores de riesgo ambientales o familiares y por no haber realizado un mayor seguimiento después de la vacunación.
En el estudio publicado en 2019 ha participado un grupo diferente de más de 650 mil niños nacidos en Dinamarca entre 1999 y 2010, con un seguimiento más prolongado desde el primer año de edad hasta 2013. En el estudio se incluye un grupo de control de niños que no han sido vacunados para poder comparar directamente el porcentaje de casos diagnosticados con autismo con el grupo de niños vacunados. El estudio de 2019 también considera las críticas del estudio anterior al incluir niños con distintos factores de riesgo como:
-Factores ambientales: edad de los padres cuando el niño fue concebido, nutrición materna o infecciones durante el embarazo y en la infancia.
-Factores familiares: historial de autismo en las familias.
El grupo de niños vacunados era un total de 625.842 donde se diagnosticaron 5992 casos de autismo. El grupo de niños no vacunados era un total de 31.619 donde se diagnosticaron 525 casos de autismo. Los datos recogidos en el estudio de 2019 muestran que un 0.95% de los niños vacunados fueron diagnosticados con autismo frente al 1.65% de casos de autismo diagnosticados en el grupo de niños no vacunados. El grupo de niños vacunados es 20 veces más grande que el de niños no vacunados por lo que la diferencia de porcentajes no es significativa y se puede concluir que la vacuna triple vírica no causa autismo. Personalmente me asusta que pudieran encontrar del orden de 30.000 niños no vacunados para el estudio, aunque solo representen un 4.8% del total.
En resumen, los resultados del estudio de 2019 permiten extraer las siguientes conclusiones:
-La vacuna triple vírica no aumenta el riesgo de autismo
-La vacuna triple vírica no desencadena el autismo en niños con factores de riesgo ambientales o familiares.
-La vacuna triple vírica no está asociada con la agrupación de casos de autismo después de la vacunación.
Este es el último estudio de muchos que demuestran que no hay relación entre autismo y vacunas. Un descenso de un 5% en las vacunas podría llevar a triplicar el número de casos de sarampión. La causa principal por la que algunos padres todavía evitan vacunar a sus hijos es el miedo a que las vacunas causen autismo. Es una labor social educar a la población para que todo el mundo sepa que las vacunas son seguras y que gracias a las vacunas hemos aumentando nuestra esperanza de vida. Las vacunas no son eficaces al 100% si hay grupos de personas sin vacunar, concienciando a los demás no solo estas protegiendo a sus hijos, también estas protegiendo a los tuyos.
REFERENCIAS
-Página web del Comité Asesor de Vacunas-Asociación Española de Pediatría. El Sarampion en Europa en Cifras de Record. 21 de Agosto 2018.
-Página web de Xataka. ¿Son culpables los antivacunas del regreso del sarampión? Las múltiples causas tras la epidemia. 22 Mayo 2018.
–Retraction—Ileal-lymphoid-nodular hyperplasia, non-specific colitis, and pervasive developmental disorder in children. Lancet, 2010, 375, 445.
–Measles, Mumps, Rubella Vaccination and Autism: A Nationwide Cohort Study. Ann Intern Med. 2019. DOI: 10.7326/M18-2101.
Una selección de estudios anteriores que demuestran que no hay relación entre vacunas y autismo:
–A population-based study of measles, mumps, and rubella vaccination and autism. N Engl J Med. 2002, 347, 1477-82.
–Age at First Measles-Mumps-Rubella Vaccination in Children With Autism and School-Matched Control Subjects: A Population-Based Study in Metropolitan Atlanta. Pediatrics. 2004, 113(2). 259-66.
– Lack of Association between Measles Virus Vaccine and Autism with Enteropathy: A Case-Control Study. PLOS ONE, 2008, 3 (9), e3140.
–Vaccines are not associated with autism: An evidence-based meta-analysis of case-control and cohort studies. Vaccine. 2014, 32, 3623-9.
–Autism occurrence by MMR vaccine status among US children with older siblings with and without autism. JAMA. 2015, 313, 1534-40.
–Early exposure to the combined measles-mumps-rubella vaccine and thimerosalcontaining vaccines and risk for autism spectrum disorder. Vaccine. 2015, 33, 2511-6.