¿Qué es la prueba del antígeno prostático específico y por qué es tan importante para los hombres?

Los cambios en la próstata puede ser la antesala de muchas enfermedades, especialmente en edades avanzadas. Por ello es recomendable realizar revisiones periódicas y consultar a nuestro médico. En este artículo repasamos de manera clara todo lo relacionado con la próstata y sus posibles enfermedades, incluida la prueba del antígeno prostático específico o PSA.

¿Qué es la próstata?

La próstata es una glándula pequeña que forma parte del aparato reproductor del hombre. Está debajo de la vejiga y delante del recto. Su función está relacionada con la producción del semen. Produce una secreción denominada líquido prostático, cuya principal misión es proteger a los espermatozoides, favoreciendo así la probabilidad de la fecundación. Justo detrás de la próstata se encuentran las vesículas seminales, que son otras glándulas que fabrican la mayor parte del líquido del semen.

La uretra, que es el canal por el que pasan tanto la orina como el semen cuando van a salir del organismo, pasa por el centro de la próstata. En hombres jóvenes el tamaño de esta glándula es aproximadamente el de una nuez, pero es normal que con la edad vaya aumentando de tamaño. Este aumento benigno de tamaño puede provocar dificultades al orinar precisamente por el hecho que la uretra atraviese la próstata.

 

Imagen tomada de https://www.cdc.gov/spanish/cancer/prostate/basic_info/ind

Enfermedades de la próstata

Prostatitis

La prostatitis es una inflamación de la próstata. Afecta al menos a la mitad de todos los hombres en algún momento de su vida. Existen diversos tipos de prostatitis según su origen y duración:

  • Prostatitis bacteriana aguda. Es una inflamación de origen infeccioso. Generalmente cursa con fiebre y puede haber hematuria (sangre en orina). El tratamiento es antibiótico.
  • Prostatitis bacteriana crónica. Es cuando la infección es recurrente, es decir, se repite en el tiempo. El tratamiento es también con antibióticos, pero en este caso en una pauta larga, de hasta doce semanas. en un período largo de tiempo es el mejor para este tipo.
  • Prostatitis crónica o síndrome de dolor pélvico crónico. Se trata de la afectación más común de esta glándula. Generalmente cursa con dolor o molestia en la ingle o en la zona de la vejiga. No se conoce del todo su causa. Se trata de manera general con antinflamatorios y analgésicos. En ocasiones se utilizan bloqueantes alfa adrenérgicos para relajar los músculos que rodean la próstata y facilitar el paso de la orina.

Hiperplasia benigna de próstata

Bueno, lo primero es entender las palabras. Hiperplasia significa que aumenta el tamaño debido a un aumento del número de células (hipertrofia de un órgano es el aumento del tamaño debido al aumento del tamaño de las células). Benigna se refiere a que no es canceroso.  Por lo tanto, esta enfermedad es una aumento benigno del tamaño de la glándula prostática. Este aumento de tamaño provoca problemas para comenzar a orinar, micciones frecuentes, sobre todo por la noche, con sensación urgente de ganas de orinar y sensación de que la vejiga no se ha vaciado por completo.

Imagen tomada de https://www.cancer.gov/espanol/tipos/prostata/significado-cambios-en-la-prostata

El tratamiento es muy variable, pero es frecuente que incluya bloqueantes alfa adrenérgicos y inhibidores de la 5-alfa-reductasa. Esta enzima participa en el aumento del tamaño de la próstata, por lo que su inhibición puede ayudar a que no siga creciendo.

Cáncer de próstata

¿Qué es el PSA?

El antígeno prostático específico, o PSA, es una glucoproteína producida por las células normales, así como por células malignas de la próstata. Solo se produce en la próstata, en ninguna otra parte del organismo. Su función es disolver el coágulo seminal. Concretamente es una proteasa que desnaturaliza unas proteínas del semen que hacen que éste coagule. Es decir, el PSA colabora a que el semen se mantenga líquido.

Modelo de PSA (Fuente: Wikipedia)

¿Qué mide un análisis de PSA?

El análisis del PSA mide la concentración del PSA en la sangre de un hombre. Para esa prueba, se envía una muestra de sangre a un laboratorio para ser analizada. Los resultados se reportan generalmente en nanogramos de PSA por cada mililitro de sangre (ng/ml).

El PSA está presente en la sangre unida a proteínas plasmáticas, y, en menor cantidad, libre, sin unirse a otras proteínas. Así, se pueden hacer dos determinaciones, el PSA total y el el PSA libre en relación con el total.

Sobre el valor que se considera “normal” en el PSA total, es importante recalcar que el criterio ha ido variando con el tiempo. Hasta hace unos años se consideraba 4,0 ng/ml o menos como valor normal del PSA. Sin embargo, actualmente ese valor está en entredicho, puesto que las concentraciones pueden variar con el tiempo y la edad.

Generalmente si el PSA está entre 4 y 10 ng/ml se procede a determinar el porcentaje del PSA libre frente al total. Se considera normal si es mayor del 20%. Cuanto más bajo sea el porcentaje del PSA libre, mayor se considera la probabilidad de estar frente a un tumor.

Los datos de PSA se pueden ver aumentados en algunas de las dolencias que afectan a la próstata, como la prostatitis bacteriana aguda o la prostatitis inflamatoria crónica. También está aumentado en casos de hiperplasia benigna de próstata y en cáncer de próstata. Además, es importante saber que, tras una biopsia o una cirugía de próstata, los valores de PSA aumentan de manera temporal.  Incluso un orgasmo reciente o montar mucho en bicicleta o moto pueden aumentar los niveles de PSA. Por lo tanto, ante un valor anormalmente elevado de este parámetro en un análisis, no debemos asustarnos y pensar inmediatamente que tenemos un cáncer. El médico nos mandará, si así lo considera, pruebas complementarias.

Polémica

La determinación del PSA como marcador tumoral fue establecida por la FDA americana en 1986. En esa época se empleaba como un marcador para conocer el avance de la enfermedad en hombres ya diagnosticados de cáncer de próstata. En 1994 el mismo organismo aprobó el la determinación del PSA en combinación con el examen digital del recto como pruebas diagnósticas en hombres asintomáticos.

En la actualidad se sabe que hay hombres con concentraciones de PSA menores de 4,0 ng/ml presentan cáncer de próstata, y que muchos hombres con concentraciones más altas no tienen cáncer de próstata. La principal polémica con el empleo de PSA como marcador tumoral viene derivado de lo que se considera como una “sobredetección” de tumores. De hecho, solo entorno al 25 % de los hombres a los que se les realiza una biopsia de próstata derivada de una concentración elevada del PSA tienen efectivamente cáncer de próstata. Por otra parte, muchos tumores “detectados” gracias al PSA son tumores de crecimiento tan lento que lo más probable es que la persona no vea comprometida su vida por esta enfermedad. ¿Tiene sentido entonces proceder a cirugías y tratamientos agresivos si es una enfermedad que no amenaza la vida? Actualmente la opinión mayoritaria de los médicos está girando a la “desconfianza” hacia el PSA. Un valor anómalo de PSA requiere más pruebas y en muchos casos se opta por ser más conservador.

Fuentes:

https://www.cancer.gov/espanol/tipos/prostata/significado-cambios-en-la-prostata

https://www.cdc.gov/spanish/cancer/prostate/basic_info/screening.htm

https://www.quironsalud.es/blogs/es/salud-hombre/psa

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About the Author: Alberto Morán

Licenciado en farmacia por la Universidad Complutense de Madrid. Realicé mi tesis doctoral en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Farmacia. Posteriormente hice un Máster en Dirección de Empresas Biotecnológicas. Trabajé casi un año en una consultoría de biotecnología. Posteriormente fui investigador y docente en la Universidad Complutense de Madrid durante siete años. Mi carrera investigadora se desarrolló en el estudio de los mecanismos moleculares del cáncer (colon y pulmón esencialmente). En noviembre de 2012 abandoné definitivamente el laboratorio. En la actualidad soy titular de una oficina de farmacia.

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